miércoles, 2 de febrero de 2011

Nadie

Nadie entiende lo que es tener el corazón roto. Si la relación fue demasiado larga, el consenso general es que estaba desgastada. Si ésta fue demasiado corta, no se explica la generalidad como es posible que te afecte tanto. "Pero si duraste bien poquito". En mi opinión al corazón le basta un día para saber lo que quiere, y lamentablemente su memoria de elefante hace que olvidar a esa persona sea prácticamente imposible. No creo que se olvide por completo a nadie.
Como resultado de esta incomprensión, los que tenemos el corazón roto nos refugiamos en diversas actividades, pasatiempos, distracciones para poder seguir funcionando. Hay algunos que inmediatamente se refugian en los brazos de alguien más. Nutren su necesidad de ser correspondidos con una falsa esperanza de que todo lo que tenían con su pareja lo encuentran en este nuevo modelo. Nunca me ha parecido lo más adecuado, pero a muchas personas les ayuda. Hay otros que, nublados por el dolor, beben cual maestro de obras y sienten que rodeados de gente, alcohol y fiesta nada les faltará. Algo de este elemento lo encuentro en mi duelo, pero me ha pasado que ni el alcohol (que dios lo bendiga por cierto) puede llenar un vacío real. Lo puede lograr temporalmente, pero eventualmente hace más grande la herida.
Hay personas que se refugian en chick flicks y consumen pañuelos desechables a ritmos realmente indignates, sorprendentes y preocupantes. Hay otros, como este que les escribe, que siente un placer extraño al escuchar las canciones de amor más melosas y cursis, y recuerda lo que dejó ir, lo que ya no tiene, lo que quiere recuperar. Además, varios, y me puedo insertar también en esta categoría, se refugian en la sabiduría y/o apoyo incondicional de sus amistades más cercanas. La capacidad de subir el ánimo de un ser humano que apoya a otro siempre me ha parecido extraordinaria.
Ya di un poco de adelanto de como estoy tratando de sobrellevar mi corazón roto. He salido, si, y me he empedado, también, y si le pongo atención a las letras de Maroon 5 puedo estar cerca de soltar la de crocodilo, todo esto antes de hablar con mis hermanos/as que siempre tienen una actitud dispuesta y un oído solidario.
Pero lo más curioso es que no me he ocultado al hecho de que tengo el corazón roto. Es tanto lo que la quiero, que estoy dispuesto a abrirlo una vez más para que sea desgarrado por completo, o sanado permanentemente. ¿Quién en su sano juicio hace eso? Nadie. El problema es que no soy, digamos, el prototipo del sano juicio.
No voy a vivir con la esperanza siempre, ni voy a estar en este estado tan desagradable (porque a nadie le gusta tener el corazón roto) toda la vida. Pero algo me dice que tengo todavía un intento más en mi persona. Y eso lo hace peor, porque me empiezan a ganar las ansias de ponerlo todo en marcha. De demostrar lo que tengo que demostrar. De pedir lo que tengo que pedir. Pero más importante, poner a mi corazón otra vez en la línea de fuego, ya que nada me hace sentir más vivo.
Hay una buena canción de los Barenaked Ladies que dice "nothing worth having comes without some kind of fight". Yo agregaría "and with some kind of pain".
Pero al final del día, no tengo ni medio milímetro de mi cuerpo que dude que definitivamente vale la pena.
Veremos.

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