domingo, 24 de enero de 2010

Decisiones y reflexiones de un veinti-algo-ero

Hace unos momentos oficialmente cumplí 26 años, y en estos estoy tratando de plasmar mis primeras impresiones al respecto mientras trasnocho un poco más de lo debido. Es un humilde intento para tratar de responder a la antiquísima pregunta que siempre te hace algún familiar o amigo en tu cumpleaños: ¿qué se siente cumplir (insert number here)?
A falta de tener todas las palabras necesarias para describir lo que me ha sucedido en este último año, y corriendo el riesgo de escribir algo trillado, siento que el año más reciente de mi existencia fue de los más fructíferos y felices de la misma. He tomado en muchos sentidos riendas de mi vida, me he independizado no sólo físicamente, sino mentalmente también. Después de algunos meses (véase años) de sentir una ligera angustia sobre mi porvenir, creo que tengo claro donde estoy y hacia donde me dirijo, y sobre todo, hacia donde quiero ir. He sido increíblemente afortunado de fortalecer lazos con gente que admiro, respeto y amo, y a la cual no quiero ni pienso dejar ir. Nuevas personas han entrado en mi vida, agregándole infinidad de cosas positivas. He hecho de mi casa un hogar. Estoy más allá de seguro sobre lo que soy y lo que hago, aunque ese proceso inició mucho antes. Estoy preparado para entregar todo lo que tengo en mi corazón y en mi mente, y no le temo a las consecuencias de eso.
Los momentos memorables son demasiados para ser mencionados y descritos a detalle, pero me quedo con las risas, con las sonrisas sinceras, con los besos honestos, con una buena plática y con un buen vino, con exponerte ante alguien más, con el abrazo ansiado, con la nostalgia, con la comprensión de que cada momento es único e irrepetible, con los bailes, con las fotos que proyectan un instante siempre significativo, con las bromas, con las interminables llamadas telefónicas, con las felicitaciones, con el deseo. También me quedo con dosis saludables de miedo, frustración, enojo, tristeza, soledad, aislamiento, duda, arrepentimiento, sinsabor. Eso me ha dado balance también, me ha completado. Con todo esto siempre me quiero quedar.
Dejo atrás el rencor, la antipatía, la inmovilidad, la insignificancia, la superficialidad, los juicios, el desinterés, el miedo a actuar, las oportunidades perdidas, el hubiera. Pero tengo bien claro que son realidades a las cuales nunca escaparé por completo, porque al igual que yo, son humanas.
Quiero decirte a ti que has estado presente en este año que eres una parte importante de mi vida y que siempre tendrás un pedazo de mi, para hacer con él lo que te plazca.
Eso se siente cumplir 26. Al menos para mi.

No hay comentarios:

Publicar un comentario