miércoles, 28 de septiembre de 2011

Brindis

Nunca debemos olvidarnos de levantar el vaso, y con voz ronca soltar algún improperio cómico, fácil de entender, y que vaya al caso por la situación. Tenemos que brindar por el amor, por la muerte, por la duda, por el miedo, por la amistad, por ti y por mi. Tenemos que hacerlo por los que tenemos la suerte (o desdicha) de seguir aquí, por los que ya se han ido, por los ausentes aunque sigan presentes, por los desinteresados, y por los que siempre comparten su alegría o su tristeza profunda. Nunca se nos debe olvidar dar gracias, de la manera más fácil y natural que sabemos, por todo aquello que nos separa de ser meros artículos de decoración en un mundo que no comprendemos de manera completa. Pero por nada del mundo debes de brindar sin verme, sin mirarme fijamente, no quisieras que aquella maldición milenaria te trajera un año (o siete, según la creencia) de insatisfacción carnal, nadie merece ese castigo, desproporcionado y exagerado por faltar a una mera convención. Pero al final una convención que dice mucho de quien la propone y de quien la rompe.
Hay que bailar, y mientras más pegadito mejor, hay que saber sudar y gozar porque el último momento puede ser este en el que escribo estas letras. Hay que sonrojarse mucho, hay que decir con la mirada, hay que esconder con la palabra, nos debemos al menos eso. Tenemos que perder el control con todas las fuerzas, porque así rompemos el maleficio de estar tan contenidos, siempre tan correctos y siempre tan falsos.
Brinda conmigo.

jueves, 22 de septiembre de 2011

A Case Of You

Por recomendación de una amiga me encontré esta canción de Joni Mitchell....si, casi me hace soltar la lagrimita. Aquí está la letra, busquen la canción. Y disfruten.


Just before our love got lost you said
I am as constant as a northern star
And I said, constantly in the darkness
Where's that at?
If you want me I'll be in the bar

On the back of a carton coaster
In the blue TV screen light
I drew a map of Canada
Oh Canada
With your face sketched on it twice

Oh you're in my blood like holy wine
You taste so bitter and so sweet
Oh I could drink a case of you darling
And I would still be on my feet
Oh I would still be on my feet

Oh I am a lonely painter
I live in a box of paints
I'm frightened by the devil
And I'm drawn to those ones that ain't afraid
I remember that time that you told me, you said
Love is touching souls
Surely you touched mine
Cause part of you pours out of meI
n these lines from time to time

Oh you're in my blood like holy wine
You taste so bitter and so sweet
Oh I could drink a case of you darling
Still I'd be on my feet
I would still be on my feet

I met a woman
She had a mouth like yours
She knew your life
She knew your devils and your deeds
And she said
Go to him, stay with him if you can
But be prepared to bleed

Oh but you are in my blood you're my holy wine
You're so bitter, bitter and so sweet
Oh I could drink a case of you darling
Still I'd be on my feet
I would still be on my feet

domingo, 4 de septiembre de 2011

Familia

Tres de mis mejores amigos están fuera del país. Uno de ellos haciendo su vida en el extranjero, los otros dos (espero) de manera temporal. Tal vez es bueno aclarar que mis amigos son mi familia. Por cosas de la vida, porque es así. Familia en todo el sentido de la palabra. En fin, a lo que creo que iba. Estas tres personas creo que me conocen mucho. Demasiado. A veces tanto como para saber cuando estoy mintiendo. Lo suficiente para saber cuando estoy diciendo la verdad.
Uno de ellos me mandó un correo este fin de semana. Fin de una semana complicada, con momentos extraordinarios intercalados con jalones de viejos fantasmas. Ni tan viejos la verdad, pero por mantener la propiedad y solemnidad del lenguaje dejémoslo así. Nos platicamos todo y nada, los dos somos expertos en esconder ciertas cosas a nuestra conveniencia. Pero los dos lo sabemos, entonces estamos jugando a lo mismo.
Me cuenta de su vida. Me cuenta que no nos busca mucho, porque recuerda, y por ende extraña, y al extrañar añora. Lo entiendo. Me da un breve pero extraordinario resumen sobre la persona que es en estos momentos, lo que siente, lo que piensa, lo que teme, lo que aún trae colgando. Y hablamos, last but not least, del corazón. De qué pasa ahí dentro.
Me reflejo en el. Sabe de lo que habla porque sabe querer, demasiado. No voy a entrar en detalles.
Leí el correo hoy, y me conmovió más que la primera vez. Porque me hizo recordar la normalidad que se encuentra en no ser normal. En no ser ordinario. Ni querer serlo. Me recordó la belleza intrínseca a explorarte, a retarte. A no conformarte. A luchar.
Me conmueve porque aún con habernos visto dos días en el último año, sabe quien soy. Y eso no es fácil. Y eso no se compra, eso no se simula, eso no se puede pretender. Porque no lo encuentras en todos. Porque te puedes brindar con todo lo que tienes, y aún quedarte en la orilla del conocimiento del otro. Por desinterés, puede ser. Porque el otro no puede. No se, ni lo sabré nunca.
Lo extraño mucho, extraño a mi familia.
Ojalá que, como siempre ha pasado, el tiempo no nos pase por encima, y retomemos todo a partir del último punto suspensivo.