domingo, 21 de marzo de 2010

Corazón

El corazón no acepta disciplina, ni razones, ni le interesa saber que es lo "correcto". El corazón vive totalmente aislado de juicios de valor. El corazón es definitivamente el músculo más bruto de nuestro cuerpo, no entiende absolutamente nada. El corazón se asemeja a un animalito que, si bien ha sido dañado por el fuego, regresa continuamente al centro de la hoguera. Al corazón no le interesa de donde proviene aquella que lo hace latir: su historia, sus modos, sus intenciones, su pasado, su presente. Nada de eso le interesa. El corazón es impulsivo y juvenil. El corazón es como un niño o como un ebrio: siempre dice la verdad. El corazón no es celoso, sabe que usualmente debe de vivir encubierto y que pocas veces es mostrado en público. El corazón lo entiende porque en el fondo sabe que es frágil, como palito de pan. El corazón es lo único que me queda, y sin embargo últimamente lo he tratado demasiado mal. Lo tengo abandonado, desorientado, confundido, falto de práctica. Es más, lo tengo como infante regañado: no lo dejo salir a jugar, a divertirse, a mostrarse, a conocer. El corazón es bueno para seguir adelante, pero nunca olvida. El corazón no es vengativo. El corazón es bondadoso, le gusta cuidar a los demás. El corazón te hace escribir, recitar poemas, respirar profundo, verla a los ojos y sonreír. El corazón se quiere salir del pecho cuando ella se va. El corazón es como Chuck Norris, puede estar en mil lugares al mismo tiempo. Pero siempre sabe dónde y con quién está su hogar. El corazón no es penoso, al menos no como su portador. El corazón tiene tanto que dar. El corazón tiene mucho tiempo y es paciente, pero quiere que no lo olvides. El corazón está ávido de acción. Al corazón le caga el cerebro, y esta es una enemistad más profunda y antigua que la de Clark Kent y Lex Luthor. El corazón se me desborda en c a d a l e t r a, en cada pensamiento, en cada mirada, en cada suspiro, en cada oportunidad, en cada promesa, todos los días, a toda hora... y sin embargo, el corazón sigue ahí.

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