martes, 26 de abril de 2011

Intuición

Escena: yo rezando. Si, ya se. Si me conoces más allá de lo que escribo aquí, entiendo que la imagen te resulte inverosímil y hasta irrisoria. Pero así empieza esto que quiero compartir. Así que si te cuesta trabajo imaginarlo, cierra los ojos...bueno no, sigue leyendo y tenme un poco de confianza, en serio pasó como lo describo.

Me encontraba en París, era el primer día que pasaba en esa increíble ciudad en mi primer visita a Europa. Ni el miserable frío hizo que la experiencia fuera menos increíble. Y me encontraba sentado en una banca al interior de la iglesia de Saint-Germain-des-Prés. Algo al interior de la abadía me había hecho ponerme extraordinariamente sentimental. No se si fue el ambiente, los recuerdos que vienen a mente cada vez que visito un templo religioso, algo de nostalgia de casa, o una mezcla de estos elementos. Sentado, comencé a llorar. No como Magdalena, pero cerca.

En ese momento, ¿sabes lo que hice? Recé. Seguro @DiosPadre se sintió un poco ofendido de que un pecador como yo me atreviera a rezar con la intención de pedirle algo. Y, ¿sabes que pedí? Pedí una oportunidad de resarcir mis errores, de empezar de cero, de tenerla aún conmigo...de no perderla. ¿Azotado? You betcha! Pero en ese momento y en ese espacio fue lo único que se me ocurrió que aliviaría la terrible intuición que tenía. Que me libraría de ese maldito presentimiento. De extrañarla con todo lo que tenía y hasta con elementos prestados.

Si, habíamos dicho que seguíamos. Que querías aún estar conmigo. Yo lo había hecho más que patente. Y te creí. En serio que si. Pero siempre me quedó esa duda, ese presentimiento, esa maldita intuición de que tu no estabas segura. De que no querías estar conmigo más.

¿Por qué traigo esto a colación hoy? Ha pasado ya bastante tiempo, y la verdad ya casi no te extraño. Tengo muchos deseos de verte, muchísimos, pero ya me acostumbré a no estar contigo. Pero hoy supe que tenía que hablar sobre esto por dos razones. La primera es que ayer, cuando le platiqué a ella de lo que había hecho anteriormente (buscarte), me pidió que le explicara. Dicha verborrea me llevó a explicarle que siempre tuve un feeling diferente contigo, que no sentía hace mucho por alguien. Que, muy en el fondo, creía que eras tú, y que todo lo demás simplemente era uno o muchos obstáculos pasajeros. Fue ahí cuando ella me dijo que creía fervientemente en la intuición, y había visto que ésta nunca se equivocaba, y que ella había sido testigo de esto a lo largo de los años. También hablé de la otra intuición, de la mala, de la negativa, de la que en el fondo...

La segunda razón es esto que dejé colgando en el párrafo anterior. Yo ya sabía que no te presentarías en el tiempo y lugar estipulado. Esa corazonada maldita me lo decía. Que me darías una explicación casi monosilábica del no que eventualmente me recetarías. ¡Ya lo sabía! Es tu modus operandi. Lo ha sido por cuatro meses. Pero, con todo y eso, seguí mi intuición positiva. La que pensó que, como yo, la gente si cambia cuando desea y tiene a su alcance algo demasiado bueno. Y que no quiere perder. Y que sabe que no debe perder, porque es difícil de encontrar de nuevo.

Me equivoqué, y recuerdo un escrito anterior que publiqué aquí. Y no me equivoqué al decir que vales la pena, porque realmente lo sigo creyendo. Pero si me equivoqué pensando que valía la pena la lucha. La intuición maldita le ganó a la optimista: yo estaba peleando para convencer a un contrincante que nunca apareció, y que abandonó el torneo de manera definitiva, aunque prometió y juró que participaría en ediciones posteriores.

Estuve peleando contra mi todo este tiempo. ¿Pero sabes qué? Ninguna victoria me ha sabido tan bien como ésta.

lunes, 18 de abril de 2011

¿Y si?

¿Y si te quito lo divino, regresarías? Si ya no te atribuyo ningún poder sobrenatural, ningún origen mitológico, ninguna posesión de belleza extraordinaria, ¿cómo me verías entonces? ¿Habría plantado alguna duda en ti?

¿Y si te trato como a cualquier otra, te arrepentirías de tu decisión? Si ya no te llevara en cada aliento, en cada caminar descalzo, si no pensara que me quieres ver como yo a ti, si te dejo de oler, de percibir. Si cambio cada te amo por un te quiero, si quisiera estar en cualquier lugar menos contigo, ¿cómo me verías entonces? ¿Me verías más fuerte? ¿Ganaría tu respeto?

¿Y si decido compartir mi corazón, me desearías? Si realmente lo partiera en millones de pequeñas partículas, y las esparciera por el mundo, y a ti te tocara la misma parte que al viejo que he visto pasar horas antes, ¿sería normal? ¿Sería funcional y realista? ¿Sexy?

¿Y si no quisiera entrar en ti, te emocionaría? Si me pudiera valer madre cada una de las palabras que sueltas a la atmósfera, si me matara de hueva entrar en tu mundo, si se me olvidara cada historia irrelevante que contaste en el coche, ¿te sentirías contenta? ¿Podrías respirar?

Ojalá que no...porque todo lo anterior representa la única manera en la que no puedo amar.

lunes, 11 de abril de 2011

San Lunes

Fuiste fuego, humo, redención

Estuviste demasiado tiempo dentro de mi

¿Segundos? Parecieron años

Sin embargo ahora no hay rastro de ti


¿Mejor? Probablemente sea

Existe la duda de lo que fue real o mentira

Mientras tanto, varias han pasado de frente

Pero ninguna tiene lo que yo quería


¿O lo que quiero?, es difícil explicar

Porque ciertas cosas pierden brillo

Se opacan, pierden valor

Cuando recuerdo que buscarlas me dejó herido


Fuiste paranoia, miedo, duda

Existía tiempo de calma en la tormenta

Según yo fue el más, según tu el menos

A veces los criterios no se empatan


Soy sonrisa, soy planeación

He decidido dejarlo todo al azar

Sin embargo, parte de mi (el ego)

Quisiera volver ser al que quieres abrazar


¿Pero tu? Eso es casi imposible

Digo casi por la maldita costumbre

De dejar abiertas las puertas

A algo, alguien que no quiere ni merece entrar


Veo, admiro, sueño

De hecho es una gran sensación

Saber que apostaste todo, y perdiste

Porque tu alma no tuvo otra opción

viernes, 8 de abril de 2011

Molesta-me

Hoy la verdad estoy poco inspirado, pero les dejo una joya de la literatura musical contemporánea. Nadie como Natalie Merchant para explicar la profundidad de estar enamorado/clavado/enculado con alguien. Nadie como ella para explicar lo que quisieras gritar a tu pareja, pero que a veces no puedes. "Trouble Me", de sus mejores letras, definitivamente. Y una de las canciones con las cuales más me identifico, y que quisiera que alguien se identificara cuando está conmigo.


Trouble me, disturb me with all your cares and you worries.

Trouble me on the days when you feel spent.

Why let your shoulders bend underneath this burden when my back is sturdy and strong? Trouble me.

Speak to me, don't mislead me, the calm I feel means a storm is swelling;

there's no telling where it starts or how it ends.

Speak to me, why are you building this thick brick wall to defend me when your silence is my greatest fear?

Why let your shoulders bend underneath this burden when my back is sturdy and strong? Speak to me.

Let me have a look inside these eyes while I'm learning.

Please don't hide them just because of tears.

Let me send you off to sleep with a "There, there, now stop your turning and tossing."

Let me know where the hurt is and how to heal.

Spare me? Don't spare me anything troubling.

Trouble me, disturb me with all your cares and you worries.

Speak to me and let our words build a shelter from the storm.

Lastly, let me know what I can mend.

There's more, honestly, than my sweet friend, you can see.

Trust is what I'm offering if you trouble me.