jueves, 26 de mayo de 2011

Eye should

I should be the one handing you your dress, up from the floor
I should be the one you turn to, when you can't stand it anymore
I could be the one to hold you when it gets cold
I should be the image you carry, even when I'm gray and old

domingo, 22 de mayo de 2011

Ingenuo

Nunca voy a dejar de ser ilusionado, soñador, hasta un poco ingenuo. Simplemente no se me da. Tal vez sea que la realidad en si es muy jodida y difícil, si bien increíblemente satisfactoria, o tal vez que me acostumbré desde muy pequeño a soñar. En ese entonces soñaba cosas diferentes, quería mantener a mi familia junta, quería ser bueno para ellos. Quería sonreír y así hacer que mi mamá dejara de llorar. Quería estar tranquilo y saber que no era mi culpa.
Sin embargo, ese desenlace fue inevitable. Entonces fui soñando diferentes cosas. Soñaba desde muy pequeño con mi primer beso, con mi primer acostón, con volverme adulto. Con poder estar despierto hasta la hora que quisiera, con aprender a manejar. Claro que soñé con jugar un mundial de fútbol, con tener fama y fortuna, y tuve esas fantasías que casi todos tenemos a edades tempranas.
Mientras las cosas arriba mencionadas se fueron cumpliendo, regresé a mis fantasías infantiles un poco. Fue una época difícil, y fue cuando realmente se formó una gran parte de quien soy hoy en día. Lo bueno y lo malo. Me fui quedando un poco aislado, y tuve que aprender a lidiar con eso. Soñaba e imaginaba solo, mucho tiempo. Simplemente quería volver a tener esa fachada familiar, esa red de seguridad. Por cuestiones de la vida, eso tampoco pudo ser. Aunque confieso que eso era lo único que quería tener.
Y luego vino la estabilidad, el descontrol le siguió, después una pequeña dosis de redención. Luego vino la rutina y las oportunidades que conlleva. Después vino el amor, y la locura y, lamentablemente, el final. Y ese es el resumen ejecutivo que me ha traído hasta el día de hoy.
¿En qué sueño hoy? En muchas cosas. Sueño en encontrarte en medio de esta nada, y que todo suceda como debe de suceder (claro, con toques de romanticismo dignos de la más cursi chick flick). Sueño que mi familia me dure muchos años más, aun con la distancia que tenemos de por medio. Sueño en que sea digno de que te quedes conmigo toda la vida. Sueño que nunca quiero dejar de reír con mis amigos, porque son los que me hacen echar raíces, son ustedes los que me hacen feliz. Sueño en encontrar un remedio para la cruda. Sueño que me voy a ir de este mundo con el corazón hecho pedazos y rehabilitado y curado al final, debido a tantas experiencias, a tanto amor, a tantas risas y sonrisas.
Sueño que estás leyendo esto y que te gusta. Qué te lleva a pensar en tus propios sueños y deseos. Y que en uno de esos estoy yo.

lunes, 9 de mayo de 2011

Se acabó el morbo

Hay veces que te cuesta trabajo aceptar que está todo bien, y que realmente si la has pasado mal es por tu tendencia a ver las cosas negativamente. La verdad no te ha pasado nada que no le haya pasado a muchísima gente, y que aparte es parte de crecer, amar, sentir, acumular experiencias. Pero esa maldita tendencia que tienes a sacar todo de proporción te hace sentir extraño, fuera de lugar, abandonado, solo.

Pero es entonces que la vida se encarga a callarte la boca, sacudirte un poco, y sacarte de ese letargo, de esa inacción, de esa inmovilidad. Volteas a tu alrededor y ves que lo que has sembrado por tanto tiempo lo puedes empezar a cosechar. Ves que todos tienen una historia similar, y que siguen viviendo, disfrutando, riendo. Ves asímismo que hay muchísima gente que te tiene bien presente, la cual te extraña y piensa en ti, a veces constantemente, que se alegran de verte. Que son-contigo. Y que la verdad te han apoyado de más, porque a veces se te olvida medirte y dejarlos de marear con lo mismo.

Se acabó el morbo, y la verdad fue de lo mejor que te pudo pasar. Ya sabías más o menos como iba a ser, y el momento no te defraudó. Se te hinchó el corazón por momentos, porque sabes cuanto disfrutaste ese pasado. Qué feliz te hizo. Pero lo que debes de saber es que ese pasado te estaba preparando para este presente que no es mejor ni peor, sino diferente. Y que tu eres el único que va a hacer que te sientas como te sentías entonces, pleno, feliz, realizado. Acompañado o solo. Rico o pobre. Cansado o energético. Sólo tu lo puedes lograr.

Se acabó el morbo y no queda más que dar las gracias por todas las experiencias. Porque también éstas han marcado las que han venido desde entonces. Las han hecho más plenas, en un sentido. Gracias a ese pasado por recordarte que increíble es perder el control. Y que, cuando sea definitivo, será mucho más fácil. Gracias a ese pasado porque la verdad no te arrepientes de nada, así tenía que ser.

Se acabó el morbo, y si bien lo estás contando, te das cuenta que amaneciste con más ganas de vivir que de escribir. Pero al final sabes que siempre lo terminarás relatando.

Finalmente, lo sigues esperando. No sabes si está cerca o lejos, o que forma tendrá, o cómo será el primer encuentro. No sabes nada. Pero sabes que esa es una gran parte de lo que eres y de lo que quieres ser. Y que tienes tanto que decir, compartir, hablar, besar, que se te desborda. Pero ya llegará. Simplemente mantén los ojos bien abiertos. No dejes pasar ninguna oportunidad. Las experiencias que cambian tu vida están a la vuelta de la esquina, pero no se quedarán ahí por siempre.